Ser Bruja

Para mi ser bruja no es una pose, no es un trabajo, no es un papel… Para mi ser bruja es una forma de vida.
Ser bruja es lo que configura mi realidad, desde mi sistema de creencias hasta los símbolos que configuran el lenguaje de mi imaginación. Soy bruja a tiempo completo, no es algo que tenga un botón de apagado y encendido. Así que sigo siendo bruja cuando paseo por la calle, leo las cartas del tarot o salgo de fiesta con los amigos… Practicar el camino de la brujería no de poner velas y hacer hechizos, si no de como vives tu realidad.
Ser una bruja es comprender la naturaleza sagrada de las cosas, la comunión y conexión que hay entre todas las cosas, ser consciente de tu poder interior y de la responsabilidad que este conlleva, pues una bruja debe ser consecuente con sus actos, aceptar tanto las bendiciones de sus aciertos como los pesos de sus errores.
Ser bruja es comprender y aceptar la divinidad de la vida, lo sagrado que tiene nuestra envoltura mortal y fluir de forma natural con sus ciclos. Nada en nuestros cuerpos es sucio o pecaminoso, nuestros ciclos asi como los de la tierra son sangrados. Durante mucho tiempo nos han hecho creer que había partes en nuestro cuerpo que eran sucias y oscuras, y que las desnudez del cuerpo femenino es la que provoca la bestia en el corazón de los hombres.
Una bruja sabe que las herramientas mágicas, son eso, herramientas, la ayudan a potenciar y dirigir su poder, pero sin su poder interior estas no son mas que mero atrezzo en un teatro. Sabe que ser bruja no se trata de repetir teatros que encuentra en recetarios, ella conoce el poder y como la ayudan las herramientas y por lo tanto puede inventar su propio ritual. Sabe que el ritual es una llave para liberar su poder y que su repetición hace que abrir la puerta sea mas facil.
Como bruja conoce los misterios, comprende que este universo no es solo lo que vemos. Ella no necesita que los ángeles de marte vengan a guiarla, ella escucha la voz del mar, del viento e incluso la de la tierra que reposa cubierta de asfalto.
Una bruja reclama la palabra brujería y bruja para si, y lo hace en memoria de todas las personas que han sido asesinadas por una fe que consideraba sus practicas una obra del maligno. Una bruja no cree en el bien y mal absoluto ni entidades que los encarnen, pues sabe que todo en lo que crea obtendrá poder.
Ella escucha la voz de los antiguos y camina su senda, es sanadora y destructora, conocedora de que las luces mas brillantes emiten las mayores sombras.
Ella danza con la luna, rie con el sol al amaneces y su sueño lo velan las estrellas. Ella es infinita y finita a un tiempo, consciente de la mortalidad y de su inmortalidad.
Ella sabe sanar y destruir, sabe el precio que tiene provocar la enfermedad y sanarlo y por lo tanto no hará ninguna por capricho. Conoce la esencia sagrada de cada vida y por lo tanto no la sacrificara en busca de poder.
Ella sabe que es hija de la tierra, que esta hecha de polvo de estrellas, que es dueña de si misma y de su propia voluntad, y que como el viento es libre y no puede ser encadenada.

Comentarios