Acercándonos a esta luna de sangre, uno de esos eclipses donde nos vemos obligados a quitarnos las mascaras y quedarnos desnudos ante nuestra sombra, he necesitado hacer esta reflexión.
Hace poco en un grupo de Facebook (porque los grupos de Facebook son como la hierba en los juegos de pokemon y siempre termina saltándote el iluminado salvaje de turno), salió en una conversación un señor con una lista de títulos y maestrías mas larga que la lista de la compra de mi casa en la compra mensual. El tema es que viendo la lista de títulos y la edad de la criatura no me cuadraba semejante formación, pero el mismo se delato poniendo capturas de las ordenes de compra virtuales. Y ahí lo comprendí todo.

No considero que la red sea una mala herramienta, ni que aprender a través de ella sea algo malo. Yo estoy pudiendo aprender de temas que me interesan porque he conseguido libros de otros países porque en mi país no hay libros de esos temas en concreto. Puedo tener encuentros con maestros y amigos con los que me interese compartir información. Incluso hay talleres virtuales maravillosos, bien impartidos y con una participación activa por parte del maestro. Para mi el problema esta en que con una tarjeta de créditos con fondo puedas acabar con treinta títulos en terapias y temas espirituales con los que te vas a poner a negociar y tratar a la gente sin siquiera la garantía de haber estudiado el manual, porque nadie te prueba o examina para ver tu asimilación de la enseñanza, ya que la mayoría de estos cursos se venden en paginas que funcionan como paginas de venta automatizada en lo que ademas se vende el prestigio del maestro aunque tu contacto con este no vallas a tener en la vida.

En el desarrollo interior los títulos no aportan sabiduría, lo que te aporta sabiduría es el trabajo vivencial, el trabajo que haces contigo mismo y con otros, las horas que dedicas a investigar y cribar sobre un tema que te interesa para luego llevarlo a la practica. Puedes dejarte todo el dinero del mundo en títulos de cursos espirituales tanto virtuales como de cursos de fin de semana y no crecer nada, porque no aplicas lo aprendido.
Dentro de mi aprendizaje de reiki, entre el primer y segundo nivel trascurrió muy poco tiempo. Debido a mi propio recorrido espiritual y mi propio desarrollo a mi el primer nivel me supo a poco y por eso me apunte de cabeza al segundo nivel. Casi todas mis compañeras de curso decidieron también apuntarse, se realizo la sintonizacion y todas nos sentíamos maravillosamente bien y nos fuimos a comer. Durante la comida una de mis compañeras empezó a encontrarse mal, angustiada, al borde del llanto y tratábamos de explicarnos el porque de esto. Al final nos confeso que los ejercicios y practicas que la profesora nos había encomendado nos los había realizado en el tiempo entre cursos, así que mientras nosotras estábamos preparadas para recibir esa energía pues habíamos trabajado a ella le desequilibro por completo. En esa misma conversación también nos confeso que había ido a otros tantos cursos de fin de semana y que se sentía defraudada porque su vida seguía igual de caótica que antes de hacerlo, pero como hizo con el reiki esta señora no aplicaba nada de lo aprendido los fines de semana.
Las técnicas de crecimiento espiritual no son una varita mágica arregla vidas, pero si es cierto que cuando aplicas lo aprendido si eres capaz de sanar heridas, librarte de bloqueos y avanzar y mejorar. Pero tienes que aplicarlo, tienes que dedicar tiempo a trabajar e interiorizar lo aprendido.

Los cursos de fin de semana, los talleres online, todo serán maravillosas herramientas para aprender técnicas, para conocer el saber de otras personas que comparten camino contigo o cuyo camino te interesa y te permiten ver, aprender y beber de su experiencia.
Pero mientras no te tomes tu tiempo para experimentar, vivenciar e interiorizar esas enseñanzas no te van a servir para nada. Crecer espiritualmente es un proceso, las tecnicas, las terapias,... son ayudas pero no te van a librar de tus propias batallas y pruebas. Y ante estas los títulos comprados como quien compra elementos de una colección no te van a servir de nada.
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